4/10/25

Del Sol de Israel al Júpiter Romano y la Luna Árabe



Cuando Hashem se presentó nuevamente al mundo a través de Abraham, frente a los otros que no estaban interesados sólo en el Único, este hombre creó una alianza que marcaría a la gran mayoría de la humanidad actual, con las tres grandes religiones: Judaísmo, Cristianismo e Islam.

Estos credos moldearon a las personas para crear humanidades acordes a sus Dioses, siendo estos tres los más parecidos pero cada uno expresado con un nombre/Shem diferente, según su forma de conocerlo: para algunos es Dios, para otros es Alá, y para los primogénitos es YHVH.

Por eso, mediante una perspectiva cabalista-astrológica, estos tres credos se manifiestan claramente con patrones astrales bien definidos, pese a cada carta natal individual de cada miembro de cada credo. Paradójico que sea, es inevitable ver cómo se expresa el astro dominante en cada Fe.

Entonces, ¿qué vengo a decir? Pues básicamente el judaísmo sería el Sol inicial, porque es quien ilumina al mundo, porque sin Israel Dios no existe para las naciones. Luego es quien lo presenta al mundo: amanece Dios con sus representantes, los cuales el aura solar domina, la excelencia entre los premios Nobel, grandes científicos, médicos, sabios, empresarios...

La genialidad solar hebrea se alza frente a su hermano gemelo rubio-pelirrojo, los romanos/occidentales, los cuales no heredan el sacrificio de Marte, la guevurá de Isaac, patriarca vinculado al planeta rojo, que es sacrificado simbólicamente por su padre para negar la violencia como argumento.

Cabe tener en cuenta que según la Torah, Abraham mandó soldados a la guerra contra los reyes de Sodoma para rescatar a Lot; otro arrebato violento ocurre en el negocio de su padre (Marte tensionado, probablemente). Su primogénito Ishmael simpatizaba con el arco y la espada, siendo esta su bendición. Estaba en oposición a su hermano Isaac, que sí sacrificó el uso de la violencia como argumento.

Hasta este momento, la fuerza era el argumento factible: el tamaño del #ICBM era el fundamento para tener la razón, razón marcial, no la del sol-corazón. El saber tratar al prójimo como a sí mismo, siendo el Rabino Hillel máximo exponente, eclipsado por el Rabino Romano...

Así es con la llegada del Rabino Yehoshua, alias Jesús Cristo, que expande de una manera jupiteriana la bondad hebrea para derrotar el dominio de la espada/Marte, tanto en la casa de Ishmael como en la de Esav (orientales y occidentales), miembros de una misma familia pero con distinto tikún. El judaísmo mesiánico, como se conoce el cristianismo desde la perspectiva judía, abarca goyim simpatizantes o no con israelitas analfabetos de la Torah: no judíos por los representantes oficiales del judaísmo, pero sí por la Torah. (Importante punto, hermano prejudio).

Entonces, si vemos la transformación de Europa y Occidente, nos damos cuenta de cómo el mensaje solar de Israel se expandió hacia el oeste con impulso jupiteriano: el anhelo de imperio, de leyes, de justicia... Con la cruz como emblema se le ofreció la posibilidad de volver al origen tanto a israelitas descarriados (tribus exiliadas) como a goyim con almas judías, para que vuelvan al pacto con Hashem. Mientras, al resto se les impuso, con la FUERZA, el mínimo moral: los mandamientos de Hashem, que no “derechos humanos”. Siendo el “no matarás” el más trabajado en Occidente, cosa que lamentablemente en otros lugares del mundo no se sembró así.

Europa tiene 2000 años de rectificación espiritual vía cristianismo, frente a los 500 de los “indios de América”, y ni digamos los 200 escasos años de los africanos que viven entre la amenaza de la cimitarra islámica, la idolatría nativa y la fe en Cristo... siendo un desastre espiritual que expulsa sus lágrimas negras a Europa, sin razón real para solucionar el problema africano de raíz espiritual.

Paradójicamente, este Occidente que hoy reniega de su tradición cristiana y, mucho menos, de sus raíces israelitas, refleja a la perfección el aspecto astrológico de un Júpiter “sobreexcitado”, el cual, como su signo natal el caballo de Sagitario, se desboca: dándonos sermones, redactando leyes, decretos y fantasías de cómo debería ser el mundo... Cosa que para aquellos más taurinos como yo, no es aceptable porque la realidad es lo que hay.

No es sorpresa que, al rechazar la cruz o la estrella, la civilización judeocristiana colapse por buenismo, permisividad y amoralidad. La falta de diana para los "caballeros" de la superioridad moral los lleva a abrazar el extremo natural que he omitido hasta ahora.

La casa de la Luna: el pueblo que hereda la vergüenza de su madre, Agar, ella que debe ocultar su rostro ante su ama, Saray la reina hebrea. Si observamos el relato en la Torah, vemos cómo la energía marcial entre las mujeres se refleja, ya que una es de origen noble y la otra egipcia. Esa hipotética cuadratura y/o oposición Marte/Luna, altamente probable, definió la estirpe que hoy conocemos como árabes.

Los cuales son unos occidentales/cristianos mejorados, su Júpiter conjunto a Marte. Por eso el Islam necesita expandirse por la cimitarra, no con el verbo; a diferencia del judaísmo y cristianismo, que usan la palabra (Júpiter) y la presencia (Sol) como ejemplo a seguir, sin nada que ocultar, aunque en su momento el Islam aún no maduro, era portador de cultura y saber.

Porque cualquiera puede comprarse la Torah y los Tehilim para orar a Hashem, o aprender el catecismo cristiano para hablar a Dios. Si bien el fenómeno de las Cruzadas sería el punto de ruptura del sacrificio de Marte para los judeocristianos al pasarse a Júpiter. Este que trajo la ciencia y la modernidad a Occidente, frente a otros pueblos atrasados en sentimentalismos lunares o idolatrías varias...

En el caso del mundo islámico jamás hubo esta ruptura teológica: sencillamente tienes un Islam a la carta, según el porcentaje de Islam que se viva en X territorio. Hasta llega a ser escandaloso para los propios nativos el "radicalismo islámico", aun siendo ellos los musulmanes idénticos. Creando una situación en la que el mahometano debe abrazar el universalismo occidental o el Islam radical, siendo el primero quien está conquistando el Oriente islámico, pese a que demográficamente el Islam va ganando... en apariencia.

La frase “ese no es Islam auténtico” o “no es Islam verdadero”, por parte de los nativos, es prueba del problema que tienen: su forma de entender al Creador no permite el diálogo, es impositiva y oculta, ya que la “Torah verdadera” está oculta en el cielo, según ellos. Entonces no es aceptable debatir el credo, como sí se hace en toda yeshivá con la Torah, o en cualquier club ateo en Occidente. La capacidad de debate entre Sol y Júpiter es lo que distingue a los hijos de la Luna y Marte.

Porque justamente Occidente les riega energía jupiteriana a su Luna, que se siente llena cuando se compara o imita a Europa/América. Pero ojo: "el pañuelo en la cabeza marca una diferencia". La pregunta es: ¿hasta cuándo? Si ni las nativas islámicas lo quieren y ¿ellos? ...

Solución: más cimitarra. Pero, ¿qué pasa cuando los musulmanes no quieren ni cimitarras ni pañuelos? Aquí ocurre un fenómeno interesante, incomprensible para los occidentales: ¿cómo es posible que los hijos de la Luna encuentren admiración en los hijos del Sol y viceversa? Siendo un conflicto engañoso  con gente que no es de nuestra familia, ya que viven de robar al prójimo (impuestos). Y esto es un grave pecado contra los mandamientos.

Para mí es fácil verlo: es el alma de Ishmael está buscando su hogar pese a sus “hermanos de fe vacía”. Esta ruptura entre los musulmanes se logra cuando los soviéticos imponen la descolonización mundial en la guerra fría: el brote nacionalista árabe es la era de los nacionalismo en Europa, siendo este proporcional a cuánta alma de Esav/Roma hay en esas naciones, que gustosamente ahora quieren ser “europeas occidentales”, pero con pañuelo...  Pese a que el Emirato no encaja bien con el Estado occidental, ya que no pueden compartir el mismo fundamento espiritual: el primero se sostiene en una fe autoritaria, el segundo en un humanismo vacío. Son sistemas incompatibles, aunque se disfracen de aliados.

El problema es que, al descubrir "Moha" el modelo de mentira que impera en Occidente, se percatan de que es mejor volver a los viejos tiempos de cimitarra y velo, sin comprender los cambios brutales que hemos vivido. Es el alma de Ishmael atrapada en el poder de Esav, el hermano que jamás negó la espada: ese Occidente imperialista que esclaviza medioambientalmente y pauperiza la vida de sus ciudadanos (link), mientras manda leche humanitaria a poblaciones intolerantes a la lactosa

Y entonces zumba la ironía humanitarista: “Venid, esclavos del tercer mundo… Europa os abre sus piernas para ser conquistada”...

Entonces, concluyendo: ya es hora de llevar luz al mundo y que el Sol se presente e ilumine a las naciones, porque Israel es “Or laGoyim” (luz para las naciones).



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