Orgullo nazi, un día para celebrar el derecho a matar judíos sin que estos puedan objetar nada, porque de eso fue la "huelga general" del 15 de Octubre, que no cuadro en el 7 de Octubre para no dejar tan claras las intenciones de la turba protestante, que ni sabe ni entiende pero la voluntad de hace daño al hebreo es parte de un viejo rito europeo: disfrazar el odio al judío de protesta social. Porque motivos para huelgas sobran: corrupción, vivienda,miseria, esclavitud laboral... Consecuentemente nunca verás al rebaño morder la mano que lo alimenta, ya que los perros ladran donde sus pastores les indican, esos pastores son nuestros sindicatos domesticados, unos asalariados de las élites, convertidos en agitadores profesionales que reconducen la rabia al cauce útil para quien paga los dirhams.
Qué noble sería protestar contra las condiciones infrahumanas de trabajo en Gaza, esos túneles de esclavos cavados en nombre de la “resistencia”. Pero no: ahí el buen pastor Sindical ordena callar, porque “es su cultura”, “es su tradición”mientras que el derecho a asesinar judíos sin consecuencias queda disfrazado de "dignidad obrera". El colmo de los Colmos para Karl Marx...
Ahora bien, repasando la historia el derecho a matar judíos sin consecuencias era posible hasta el Holocausto, que fue el colofón final del linchamiento Europeo. Esta monstruosidad espiritual, sencillamente cambió de traje: hoy ya no se viste de esvástica, sino de “antirracismo” histérico que aplaude regalar la casa al primero que entra por la puerta. Se volvió nazi el que se atreve a defender sus fronteras, mientras el catecismo políticamente correcto dicta arrodillarse ante cualquiera que reclame tu cartera como derecho humano. Literal: Dame tu cartera racista!
Si, soy crudo, son nazis. Ya que estos ayer tenían "inmigrantes ilegales de origen judío" a expulsar, no árabes ni africanos como ocurre hoy principalmente en toda Europa Occidental, excepto a destacar la malvada Polonia no se una al suicidio colectivo Egoico, porque era donde más judíos había, paradójico.
Entonces, ¿Es una guerra entre musulmanes y judíos? No, ciertamente no. ya que una verdadera alianza entre las naciones debería ser con los que aceptan que hubo un pueblo, llamado Israel que trajo al mundo los siete mandamientos de Noé como base de convivencia mínima. Porque gracias a eso existe en Occidente algo parecido a libertad de conciencia, expresión y asociación. Pero hoy cabe preguntarse: ¿hay realmente separación entre mezquita y Estado en Europa? ¿Acaso hemos sustituido al Vaticano medieval por jeques del gas y petrodólares?.
La paradoja es luminosa: no todo el islam es enemigo. Una parte empieza a ver que sin reconocer a Israel como hermano, no habrá Tercer Templo, ni plenitud para todas las naciones. Los que sí se oponen son los herederos de Esaú, el que juró matar a Jacob. Esa enemistad es la raíz del odio y la huelga general no es más que otro disfraz de esa misma voluntad ancestral...
Por eso no es sorprendente que los “aliados del ayer” Británicos y Franceses promuevan hoy una solución de dos Estados, cuando estos en los años 30 cerraban las puertas a los judíos que huían del continente, ¿Acaso no es la misma jugarreta?
Ese odio irracional nunca necesitó argumentos, porque el judaísmo es incómodo en sí mismo: El ser judío es la objeción viva contra la idolatría de las masas, la resistencia espiritual que no se doblega ante el becerro colectivo. Por eso el nazi sea con esvástica, con cruz, o con pancarta de huelga siempre termina deseando lo mismo: un mundo sin judíos para que nadie pueda recordarle que hay Ley, que hay límites, que hay un Dios que no negocia con la barbarie, al contrario la ahoga.
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