21/11/25

Israelitas de Egipto: Un Aviso a Europa



Israelitas de Egipto: Un Aviso a Europa


No tendrás casa.
No tendrás novia.
No tendrás hijos.
No tendrás barrio, ni patria.
Tampoco un Estado que te proteja, porque tú eres el problema para ellos.
Y te lo dicen a la cara, pero no quieres escucharlo.
Tú no eres nazi.
Tú no eres racista.
Tú no eres fascista.
Tú no eres machista.
No te gustan tus costumbres ni tus tradiciones…
Tú eres “el buen chaval” que irá directo a la cruz con tal de agradar a los romanos modernos,
esos que te arrojan al coliseo con tu iPhone para que Moha, recién llegado a la arena,
te lo quite de las manos mientras sonríe y recita sus costumbres.
Si tienes dinero, pagarás Yizia.
Si no, sentirás la cimitarra al cuello.

Pero que quede claro: yo no los odio.
No los desprecio.
Ellos cumplen una función que Hashem permite.
El problema no es Moha.
El problema eres tú, que prefieres no ver que eres la presa.

Así estaban los israelitas en Egipto:
no con grilletes de hierro, sino con cadenas de comodidad.
Ollas llenas, techo asegurado y una vida sin riesgo…
hasta que el nuevo Faraón cambió de rostro y de reglas.
Entonces dijo:
“Que tu pan sea duro como una piedra,
y que la jaula dorada sea tu hogar, llena de barrotes
para que ‘no te puedan robar’.”

Muchos no quisieron salir.
“¿Para qué ir al desierto? Aquí estamos bien.”
Pero Egipto siempre paga a sus siervos con monedas de muerte.
Y solo los que cruzan el desierto reciben la moneda de la vida.

Aquí, en tu Egipto Europeo moderno, no hay rescate.
Solo espera, desgaste y olvido.
pero si trabajas, aprendes un oficio, y te mueves antes de que el barco se hunda,
podrás tener techo, respeto y una causa real,

Aquí morirás como “un buen chaval” de las noticias.

Elige.
Porque el reloj no espera.


 

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